Fortaleza Mental por el Lic. Carlos Giesenow

Concentración III – Conociendo y trabajando nuestro auto-diálogo.

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La concentración y la compostura son claves si se quiere salir airoso y satisfecho después de una gratificante ronda de golf.
Como venimos viendo, sobre la capacidad para mantener la atención en lo que estamos realizando influyen muchos factores (el resultado, los competidores, el estado del campo, las condiciones climáticas, etc.).

Sin embargo, lo fundamental es lo que nosotros hacemos con lo que nos pasa. Es decir, como nos lo tomamos.

Por ejemplo, si hay mucho viento puedo pensar, «nunca juego bien con viento, ¡esta ronda va a ser un desastre!», que obviamente nos predispone mal para encarar los 9 ó 18 hoyos que tengamos por delante.

O puedo intentar un enfoque más positivo del estilo, «hoy es una buena oportunidad para aprender a jugar mejor con tanto viento».

Las expectativas cambian enormemente con un enfoque u otro. Entonces, ¿cuál es una de las claves para sostener esta perspectiva diferente?
Conocer, trabajar y mejorar nuestro auto-diálogo.
Continuamente nos estamos diciendo cosas, porque continuamente estamos pensando.
Básicamente a esto se refiere el auto-diálogo.

Los pensamientos y las palabras tienen el potencial para crear la sensación o vivencia que deseemos, como así la que queremos evitar.
La idea es guiar conscientemente la dirección del auto-diálogo, que tiene distintas funciones.

Puede servir para darnos instrucciones técnicas («pegá el codo al cuerpo»), para alentarnos («vamos!»), para mantener el foco de la concentración («mantené la mirada en la pelota»), para relajarnos o darnos confianza («tranquilo, vos podés») o para retarnos («#$#@$##%$%&!!!!»).

Cada uno tiene su auto-diálogo idiosincrático, es decir, todos tenemos frasecitas típicas que nos decimos en distintos momentos.

Existen varias cosas que uno puede hacer para mejorar esta aptitud.

* Primero y fundamental es conocerlo. Tomar mayor conciencia de lo que pensás y te decís mientras jugás. ¿Sos tu hincha número uno cuando las cosas van mal o sos un juez implacable, injustamente exigente y que te saca las ganas de jugar? ¿Le hablarías así a tu mejor amigo? ¿Qué cosas te decís cuando las cosas van bien? A veces uno tiene patrones de auto-diálogo tan establecidos que no toma conciencia de ellos al menos que se detenga específicamente a identificar los pensamientos que surgen.

 

* El segundo paso es identificar los típicos pensamientos positivos que tenemos y cómo nos afectan, y hacer lo propio con los pensamientos negativos. La idea de esto es poder pescarnos cuando estamos a mitad de alguna de nuestras típicas frases negativas («en este hoyo siempre hago una mala salida», «nunca evito el bunker del 8» , «los putts largos son mi pesadilla»).

Frases como estas terminan actuando como profecías que perpetúan los problemas que tenemos.
En cierta forma, ayudan a que hagamos todo lo necesario para que se tornen realidad.

* Un tercer paso es aprender a reemplazar esas frases negativas por otras que nos orienten hacia ver el juego como un desafío y así adoptar una perspectiva más positiva.
También se deben cuestionar esas frases absolutistas y catastróficas, por ejemplo, las que contienen enunciados como «nunca…» o «siempre…», que suelen ser totalmente irreales.

Frases enfocadas hacia el presente («jugá golpe por golpe»), que dirijan la atención hacia lo que queremos lograr («la voy a poner en el centro del fairway», esto sirve para evitar frases indeseables como «no la tires al agua»), que evoquen sensaciones positivas («hoy va a ser un gran día»), y mantener expectativas realistas nos van a ayudar mantener la concentración, el equilibrio emocional y a disfrutar de la ronda que tengamos la suerte de jugar ese día.

Gran parte de la preparación psicológica que podemos hacer pasa por mejorar el auto-diálogo. Esto puede ser una herramienta que cambie notablemente nuestro juego, el placer que sacamos de pasar varias horas dentro del campo y cómo nos sentimos con nosotros mismos.

Sin embargo, hay que tener en cuenta que esto no va a suceder de la noche a la mañana, por ello se habla de «entrenamiento mental». Todos tenemos patrones de pensamiento muy arraigados que puede tomar trabajo cambiar. Tomar la decisión de encarar este desafío ya es un gran paso hacia mejorar nuestro juego y bajar nuestro score.